En el mundo actual y con la vida que llevamos, es natural que las mujeres busquemos encontrar vitalidad hasta debajo de las baldosas (de las alfombras mejor que no por si nos da por sacar el aspirador, y no es sexismo, en mi caso es TOC…)
En el universo del yoga, además, la búsqueda de equilibrio y purificación es esencial. Uno de los métodos más efectivos y beneficiosos para alcanzar este estado de armonía y ganar a la vez esa ansiada vitalidad, es a través de los baños de sal.
Te voy a contar un secreto, el secreto del poder de los baños de sal. Es un secreto que en parte aprendí en la India, en mi formación como profe de yoga. Ahí descubrí cómo funciona la sal puesto que es la base de los kriyas (o limpiezas) del yoga. Voy a compartirlo contigo y te explico también su funcionamiento químico, cómo realizar un baño de sal en casa y cuáles son sus múltiples beneficios.
¿Has visto que resalada soy?
1. La importancia de la sal en los kriyas de yoga:
Los kriyas son prácticas específicas del yoga que tienen como objetivo purificar el cuerpo y la mente. La sal juega un papel esencial en algunos de estos kriyas, como el Shankhaprakshalana, (si eres capaz de pronunciarlo seguido y sin ahogarte, ponte una medalla) que consiste en la limpieza completa de los intestinos. La sal se utiliza para ayudar a eliminar toxinas y residuos, promoviendo la salud digestiva y fortaleciendo el sistema inmunológico.
2. Cómo funciona químicamente la sal en el proceso de limpieza: ósmosis.
La sal, compuesta principalmente de cloruro de sodio, tiene la capacidad de atraer agua. Cuando añadimos sal al agua del baño, se crea un proceso químico llamado ósmosis. El agua con sal tiene una concentración más alta de solutos (sustancias químicas con capacidad de disolverse) que las células de nuestra piel, lo que provoca que el agua sea absorbida a través de la piel para equilibrar la concentración de sal. Este proceso ayuda a eliminar toxinas y a desintoxicar el cuerpo de manera efectiva.
3. Cómo hacer un baño de sal en casa:
Ponle tapón a la bañera, echa la sal, abre el grifo, revuelve para que se disuelvan los cristales salinos y… a disfrutar.
Tipo de sal: Te recomiendo utilizar sal marina sin refinar (de la gorda, la de cristales, la del “lomo a la sal”) o sales de Epsom, ricas en minerales beneficiosos (purito magnesio).
Cantidad de sal: Añade aproximadamente 2 kilos de sal en una bañera llena de agua tibia.
Temperatura del agua: El agua debe estar a una temperatura confortable, alrededor de 37°C.
Mejor hora del día: Se recomienda realizarlo por la mañana, en ayunas.
Tiempo de permanencia: Intenta estar en el agua durante 20-30 minutos.
4. Cuántas veces se recomienda hacer este tipo de baños:
Como comprenderás, si lo que andamos buscando es encontrarnos mejor, lo que no vamos a hacer es convertir nuestro baño de sal en una obligación más. Para nada. En cualquier caso, te sugiero realizar un baño de sal una vez al mes. Si disfrutas de más ocasiones, mientras no superes una vez a la semana, puedes darte más, suertuda.
5. La mejor hora del día para tomar estos baños
La mañana es ideal para aprovechar al máximo los beneficios de los baños de sal. El cuerpo está en un estado de limpieza natural después del ayuno nocturno y está más receptivo a la absorción de minerales y nutrientes de la sal.
Beneficios para el organismo y en concreto en el femenino:
Desintoxicación profunda: Los baños de sal ayudan a eliminar toxinas acumuladas en el cuerpo, lo que puede ser especialmente beneficioso para el sistema reproductor femenino.
Alivio del estrés: La relajación inducida por el baño de sal reduce el estrés y la ansiedad, promoviendo un equilibrio hormonal.
Piel radiante: La sal exfolia la piel y mejora la circulación, dejándola suave y radiante.
Regulación del ciclo menstrual: Algunas mujeres encuentran que los baños de sal ayudan a regular su ciclo menstrual y alivian los síntomas premenstruales.
Mejora del sueño: La relajación profunda promovida por estos baños puede mejorar la calidad del sueño, esencial para la salud femenina.
¿Y la vitalidad? Cierra los ojos e imagínate tras una relajación profunda, con una circulación sanguínea fluida y alegre y en un cuerpo libre de las toxinas acumuladas en el cuerpo. Pura vida.
¿Te notas revitalizada? Pues ya eres una resalada.