Empieza el invierno, una estación preciosa pero en la que precisamos una atención especial. La luz se atenúa, el sol, cuando nos visita, lo hace menos tiempo y las frías temperaturas nos hace andar encogidas y afectan a nuestra piel. Hay algunos cuidados que podemos poner en práctica para encontrarnos mejor. Dale un regalo a tus sentidos. Son mensajes que llegan directos al cerebro. Y nos hacen sentir más felices. De eso se trata, ¿no?
1. Ponle color a tu vida: con algún toque en tu ropa, con un esmalte intenso en tus uñas, con una manta en tu sofá de tu tono favorito.
2. Perfuma tu cuerpo, tu lugar de trabajo y tu casa con un aroma cálido. Con notas de maderas, de ámbar, de flores como la rosa, el jazmín o el lirio, de frutos rojos del bosque, de vainilla o de chocolate.
3. Hidrátate, hidrátate, hidrátate. La piel es nuestro mayor órgano, casi 2 m². Delimita nuestro contacto con el mundo exterior. ¡Y con el interior! En invierno está oculta, poco oxigenada y triste. Dale masajes con un aceite o cualquier crema, pero con atención. Te encontrarás estupenda dentro de ella.
4. Come calor. Sí. A través de nueces, de castañas, de legumbres, de frutos rojos... Dialoga con la naturaleza. Ella te está dando regalos. Tómalos y dale las gracias.
5. Regálate cuando puedas, con sonidos que aporten calidez. Sí, exiten. Composiciones con instrumentos como el chelo, la clave. O Bach. O Chet Baker.
Dale un regalo a tus sentidos. Son mensajes que llegan directos al cerebro. Y nos hacen sentir más felices. De eso se trata, ¿no?