A juzgar por el estado de muchas Samanitas y de alguna amiga con hijos adolescentes, es muy común perder los nervios con ellos.
Una muy sabia, y que ha sobrevivido ya a este proceso, dice que la única manera de pasar la adolescencia de tus hijos de una manera amable (y legal, que no te lleve a pena de cárcel), es tomar valium.
En ocasiones he de deciros que le tal y como os he visto algunas, le he dado la razón.
Pero hay una fórmula muy buena de conseguir no perder los nervios ante la histeria que producen los ataques de los adolescentes. La ciencia. O mejor: la neurociencia.
Quiero compartir esto contigo porque a mí (que para tu información te diré que no tengo hijos) me ha dado muy buenos resultados. si no con adolescentes, en la vida general.
Y sí, ya sé que soy pesada, pero voy a volver a hablaros de las hormonas. Es muy interesante saber que cuando te pones nerviosa, hay una hormona que predomina sobre las demás: es la adrenalina. Para contártelo con fundamento voy a remitirme al libro La inteligencia emocional de Daniel Goleman, ya todo un clásico (1995).
En él, Goleman habla sobre la adrenalina y su papel en nuestras emociones y respuestas emocionales. La adrenalina es una hormona que se libera en respuesta a una situación estresante o emocionante. Esta hormona activa el sistema nervioso simpático, lo que provoca un aumento de la frecuencia cardíaca, la presión arterial y hace que tu respiración se acelere. Si bien la adrenalina puede ser útil en situaciones de emergencia, ya que puede ayudar a preparar al cuerpo para una respuesta rápida, por ejemplo, ante un peligro, es perjudicial si se libera en exceso. Y afecta a la capacidad de procesar información y de tomar decisiones racionales.
La adrenalina es una hormona que se retroalimenta de sí misma. Eso quiere decir que cuanta más cantidad tienes en sangre más necesitas.
Traducido en conductas, esto quiere decir que si tú te enfadas con alguien, cuanto más te mantengas con esa persona delante, con la discusión activa, con la bronca abierta, más nerviosa te vas a poner. ¿Por qué? Por que más adrenalina tendrás en sangre. Y eso acaba en follón. Normalmente también con consecuencias hormonales que no son muy adecuadas... Terminas triste y agotá. ¿Te suena?
Entonces, ¿qué hacer?
Te lo suelto a bocajarro: Alejarse del fuego, huir del conflicto. Literalmente hablando. Aunque te diría que cuanto más lejos mejor, a veces simplemente el irte al baño, encerrarte ahí y obviamente pensar en otra cosa, puede ser de grandísima ayuda. De hecho lo es.
Obsérvate y ve analizando cómo de nerviosa te estás poniendo. Antes de dar el primer grito, inhala, exhala, date media vuelta diciendo "ahora vuelvo, que me voy un momento". Vale cualquier excusa. Vete.
Una opción maravillosa sería dar un paseo, respirar, tomar el aire libre, sentarte en un banco al sol, o, si llueve, también sirve sentarte en una iglesia vacía (esos maravillosos centros de meditación silenciosos y en calma a los que tenemos libre acceso).
Otra opción buena es meterte en el cine, por ejemplo. Algo que distraiga a tu cabeza.
Vale también tomar distancia mental, no tiene que ser específicamente física. Eso quiere decir ponerte música, hacer alguna tarea que requiera tu atención, darte un masaje, una ducha, un baño llamar a alguna amiga,...
Si optas por esta última decisión, piensa que no debes hablar de la causa de tus nervios. forbidden, prohibido.
Habla de cualquier otra cosa por frívola que te parezca. Vale hablar de moda, de qué color te vas a pintar las uñas de los pies, o de Kim Kardashian o Shakira. Pero no se te ocurra hablar del problema, del conflicto. Recuerda: tus niveles de adrenalina están todavía muy altos hay que esperar a que bajen. Si no volverás a retroalimentarlos.
Poco a poco vas a notar que te irás calmando. Y con la calma, se piensa mucho mejor, independientemente de cuáles sean tus conclusiones. Espera, date tiempo, respira, cálmate, baja tu adrenalina y así verás como la vida es más sencilla, sino para él/ ella, tu adolescente (si se dan las circunstancias de que tienes solo uno...), al menos lo será para ti. Que no es poco.
A por ello.
Verás qué bien te sale. Verás que bien funciona. Verás qué buen te sientes.
Y que crezcan. Pero ya.
Unos consejillos extra
Si te sientes estresada y deseas reducir tus niveles de adrenalina, hay varias cosas que puedes hacer, que ayudan. Lo que te he contado antes funciona de inmediato. Lo que te comento ahora te sirve como "fondo de armario". Irá generando poso en ti. Y notarás un cambio sustancial en tu estado general:
Respiración profunda: tomar respiraciones profundas y lentas puede ayudarte a reducir la frecuencia cardíaca y la presión arterial, lo que ayuda a reducir los niveles de adrenalina. Tómate unos minutos para concentrarte en tu respiración y hacer inhalaciones profundas y exhalaciones lentas.
Hacer ejercicio: hacer ejercicio moderado también baja los niveles de adrenalina. Prueba con una caminata al aire libre (mejor por la naturaleza) o una sesión de yoga o pilates.
Meditación: la meditación promueve la relajación, la activación del sistema parasimpático, la calma. Prueba con una meditación guiada o simplemente siéntate en silencio durante unos minutos y concéntrate en tu respiración.
Escuchar música relajante: En Spotify hay un montón de playlist que puedes usar. Busca las que trabajan la frecuencia 432. Te quedarás como una malva.
Hablar con alguien: hablar con un amigo o ser querido. Pero no de tus adolescentes, habla de otra cosa.
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