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La eterna juventud en 5 ejercicios

Te cuento el secreto de los ritos tibetanos.


Dicen que tienen 2.500 años de antigüedad. Dicen que los practican los monjes tibetanos de un recóndito y escondido monasterio en los Himalayas. Dicen que allí la gente se mantiene joven y fuerte. Y dicen que lo que te cuento ahora es el secreto de su longevidad. La práctica diaria de estos 5 ejercicios te adentrarán en un proceso de rejuvenecimiento que te sorprenderá.


La historia de su descubrimiento


Lo que te cuento aquí está extractado de un librito de 1939, “Secretos tibetanos de la eterna juventud” de Peter Kieler. El autor, de quien no he podido conseguir mucha más información, va narrando sus encuentros con el Coronel Bradford (según dice, nombre inventado para preservar la intimidad de su confidente). Es este último quien convivió con los monjes tibetanos adoptando sus prácticas y viendo cómo revertía su edad hasta en 35 años, según decían quienes lo veían. Y también quien va descubriendo a Peter poco a poco lo aprendido.


Ese librito, de deliciosa lectura, te lo dejo aquí. Y te lo resumo en esta entrada. A mí me ha seducido. Confío que a ti también te sirva.

Los Cinco Tibetanos
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Qué son Los 5 ritos tibetanos


Los 5 ritos tibetanos es una serie de cinco ejercicios que ayudan a recuperar la energía, la fuerza, la flexibilidad, la vitalidad, la postura y la salud del cuerpo. Casi nada.


Sólo 5 ejercicios. En un orden concreto. Con unas respiraciones concretas. En un número concreto. ¿Se ha despertado tu interés?


El fundamento del funcionamiento y resultados de esta secuencia tiene que ver con su trabajo sobre puntos concretos del cuerpo y su incidencia en el buen trabajo sistema endocrino. En el yoga estos puntos se conocen como chakras. Si te suena demasiado raro, piensa en hormonas. Lo dejo a tu criterio. Pero mira estas dos imágenes. Verás que hablamos más o menos de lo mismo.



Imagen de www.shecares.es





“La primera cosa importante que me enseñaron cuando entré en el monasterio fue esto: el cuerpo tiene siete centros de energía que en castellano pueden ser llamados vórtices. Los hindúes los llaman chakras. Son potentes campos de energía, invisibles al ojo pero muy reales. Estos siete vórtices gobiernan las siete glándulas del sistema endocrino del cuerpo, y las glándulas endocrinas, a su vez, regulan todas las funciones del cuerpo, incluyendo el proceso de envejecimiento.” Eso nos cuenta Peter Kieler que le dijo el Coronel. La realización concatenada de los 5 ritos moviliza todo tu sistema endocrino. Y moviliza hacia atrás, tu reloj biológico.


Cómo hacer Los 5 Ritos Tibetanos


Es importante tener una concentración adecuada y que tu respiración sea la correcta según el ejercicio: inhalación y exhalación largas, lentas y profundas. Ponte una esterilla y… súbete a ella. Empezamos.


No te agobies con la descripción de las posturas. Te dejo, además de este dibujo, un video parara que puedas ver cómo se hacen.


Rito Número Uno


De pie, erguida, pones los brazos en cruz y comienzas a girar sobre ti mismo, sin desplazarte, sobre un mismo punto. No hace falta que corras mucho. Lo que sí tienes que buscar es el mareo (ligero). La rotación debe ser en sentido de las agujas del reloj. Al principio es normal que aguantes poco. Ya irás incrementando la duración. Para que resulte más fácil, busca un punto fijo al que puedas mirar. Cuando termines, ancla bien los pies al suelo y, respirando, espera a que pase el mareo.


Es lo que hacen los Cerviches hasta llegar al éxtasis. En nuestro caso solo buscamos un pequeño mareo sin pasarnos. Yo de pequeña jugaba a esto. ¿Tú?


Rito Número Dos


Este rito es muy efectivo sobre todo el cuerpo. Te tumbas boca arriba sobre la esterilla con los brazos a lo largo del cuerpo y las manos, con los dedos muy juntos, hacia abajo. Levantas la cabeza llevando barbilla al pecho y levantando las piernas rectas a la vertical. Si puedes, lleva las piernas todo lo que puedas hacia el rostro sin doblar las rodillas. Luego bajas poco a poco cabeza y piernas rectas hasta el suelo. Te relajas y repites. Cuando subas, respira profundamente y cuando bajes, exhala. Esta respiración deberías mantenerla hasta en los periodos de descanso. Cuanto más profundamente respires, mejor.


Rito Número Tres


El tercer rito debe practicarse inmediatamente después del segundo. Te colocas de rodillas en el suelo. Procura que las rodillas y las caderas estén en la misma línea. Y cuidado con la lumbar. Si quieres, protégela colocando tus manos en la parte baja de la espalda. Deja caer la cabeza hacia delante tocando el pecho con la barbilla mientras exhalas. Después, rotando los hombros hacia atrás, eleva la zona central del esternón hacia el cielo, deja caer la cabeza y el cuello hacia atrás todo lo que puedas arqueando la columna alta (no la lumbar), mientras inhalas. Vuelve a la posición original e inicia de nuevo el rito. Ya sabes, exhalando. Y ya sabes, respiración amplia, generosa y profunda. Si cierras los ojos podrás concentrarte más y mejor.


Esta postura en Yoga es conocida como Ustrasana o la postura del Camello.



Rito Número Cuatro


Siéntate en el suelo con las piernas estiradas, la espalda recta y los pies firmes como si pisaran una pared. Las manos apoyadas a los lados de las caderas con los dedos apuntando hacia los pies. Exhalas profundo llevando la barbilla hacia el esternón e, inhalando, dejas caer la cabeza hacia atrás y empujando firme con los brazos, elevas las caderas hacia arriba y hacia delante doblando las rodillas hasta que estén a la altura de los talones. Fuerza. Mantente allí reteniendo la respiración. Ahora, como si te columpiases hacia atrás, exhalando, vuelves a la posición inicial. Y vuelta a empezar.


Rito Número Cinco


Vamos a por el último rito. Colócate en cuadrupedia (vulgo, a cuatro patas) Separa bien los dedos de las manos. Los pies, al ancho de las caderas. Ahora proyecta los isquiones y el coxis al cielo estirando bien la espalda (aunque dobles un poco las rodillas). Ahora, proyéctate hacia delante, intentando no rozar el suelo. Echa cabeza hacia atrás, saca el pecho hacia delante y rota los hombros hacia atrás. La fuerza de tu cuerpo recae sobre dedos de los pies y manos, pero no a peso muerto. Si activas mucho las piernas (cuádriceps) repartirás la fuerza. Desde allí, vuelve a la posición inicial.


Estas posturas en yoga reciben los nombres de perro boca abajo o Adho Mukha Svanasana y perro hacia arriba o Urdhva Mukha Svanasana.



Como puede que con los dibujos y las explicaciones no te aclares, te dejo aquí este vídeo en el que se ve muy bien cómo hacer Los 5 ritos tibetanos. Escucha a tu cuerpo, no corras y respira profundo. Mi agradecimiento a Canal Bienestar que es a quien pertenece la grabación.




Con los Cinco Ritos se estiran músculos, se lubrican articulaciones y mejoran el tono

muscular, pero ése su no es propósito. Lo que buscan es armonizar el funcionamiento de todo el sistema endocrino.


En el libro se dice de otra manera “Su beneficio real consiste en normalizar la velocidad de giro de los vórtices. Les hace girar a una velocidad correcta para, por ejemplo, un hombre o mujer fuerte y saludable de veinticinco años. En una persona así - explicó el coronel-, todos los vórtices giran a la misma velocidad. Por otra parte, si se pudieran ver los siete vórtices de la persona normal de mediana edad, se notaría enseguida que algunos giran notablemente más despacio. Todos estarán girando a velocidades diferentes y no trabajarán juntos en armonía. Los más lentos hacen que esa parte del cuerpo se deteriore y los más rápidos provocan nerviosismo, ansiedad y cansancio. El estado alterado de los vórtices es el que provoca alteraciones en la salud, deterioro y envejecimiento.


La evolución del ejercicio. De poco a más


Sé amable contigo misma. Si te pasas de esfuerzo, abandonarás, Por eso, ve a tu ritmo.


Empieza despacio haciendo un mínimo de 3 repeticiones de cada rito excepto el primer rito, que debe practicarse hasta que aparezca el mareo. Ve aumentando hasta las 21 repeticiones diarias.

¿Qué hora es mejor para practicar los ritos?


Cuando empieces, puedes hacerlos por la mañana o por la noche. Conforme vayas adquiriendo práctica, se pueden hacer mañana y noche. El objetivo es hacer las veintiuna repeticiones mañana y noche, pero empieza poco a poco.


¿Son todos los ritos igual de importantes?


Todos los Ritos son igual de importantes porque trabajan en equipo. Si no puedes hacerlos todos, hazlos en dos bloques, separados en el tiempo: un bloque por la mañana y otro por la noche. Ya irás cogiendo práctica. Si alguno te cuesta excesivo esfuerzo o no te sale, omítelo momentáneamente. Irás adquiriendo la fuerza para poderlo incluir a la serie más adelante. Aunque tardes más en obtener resultados, los obtendrás.


Ah. Y trátate con mimo, no te agotes. Podría tener efectos adversos.


Si te funciona y ves resultados, seguro que te animas a seguir

La faena de este método


Ya ves que es algo esforzado. Ya sabes ese pesado refrán de que ·quien algo quiere, algo le cuesta”. Pues eso es lo que viene ahora. Para conseguir los efectos esperados, estos ejercicios hay que hacerlos todos los días. Si te saltas uno… no pasa mucho. Pero si pierdes la rutina, no conseguirás objetivos. Prueba. Si te funciona y ves resultados, seguro que te animas a seguir.


¿Cuánto tiempo me va a costar hacerlos?


Al principio igual te ocupan hasta 20 minutos, pero luego, con la p´ractica, podrás hacerlos en 10 minutos.


Empieza con tu reto. Toma las riendas de tu salud. La vida no te pondrá barreras si no te las pones tú.


Un apéndice


¿Qué imagen tienes de ti? Cuidadín


Lo de la edad numérica es muy relativo. Hay gente que parece muy mayor desde muy joven y gente a la que le echarías hasta 15 años menos. ¿Qué nos sucede? La actitud mental es fundamental. En qué concepto te tengas, qué barreras te pongas o qué capacidades te regales van a incidir directamente en la edad que aparentes y lo que tu cuerpo y tu cabeza envejezcan. Ahí está el quid. Ni lo dudes. Si eres capaz de verte a ti mismo joven, independientemente de la edad, te verán así, te lo dirán y generarás un círculo de retroalimentación muy bueno para ti, para tu salud física, mental y anímica.


Si te resulta muy complicado cambiar tu autoimagen, piensa en otras personas que han llegado a edades sorprendentes en un estado impresionante. ¿No se te ocurren? Piensa en Carlos Saura que con 90 años sigue inmerso en proyectos con una vitalidad asombrosa. Clint Eastwood tiene 91. ¿Y los Rolling Stones? ¿Serrat?. No pienses en años, piensa en vida.



No pienses en años, piensa en vida
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