Casi casi vamos a decir que sí
El otro día me contaba una Samanita, médico y que está especialmente estupenda, que en esta temporada en que los virus nos acechan, todos en su casa habían caído enfermos varias veces con catarros, infecciones respiratorias y demás variantes que conocemos y hasta nos aburren. Todos menos ella. “¿A qué lo achacas?”, le pregunté. “A la melatonina”. No lo cuestionó ni por un momento.
La melatonina es una hormona que produce la glándula pineal en nuestro cerebro durante la noche, cuando hay menos luz. Este dato es importante puesto que influye directamente en su producción. Ayuda a regular nuestro ritmo circadiano, ese proceso biológico controlado por nuestro reloj interno que coordina la producción de hormonas, la regulación del sueño y la vigilia, la digestión o la temperatura corporal, entre otros procesos.
La palabra "melatonina" fue acuñada en la década de 1950 por Aaron B. Lerner y sus colegas en la Universidad de Yale. Proviene del griego "melas", que significa "negro", "oscuro", y se refiere a la capacidad de la hormona para oscurecer la piel de anfibios y reptiles. El sufijo "-tonin" se refiere a una clase de sustancias químicas producidas por el cuerpo y que actúan como neurotransmisores, hormonas o reguladores del estado de ánimo y la conducta.
La melatonina y el sueño
La producción de melatonina aumenta cuando está oscuro y disminuye cuando hay luz. Por lo tanto, se dice que la melatonina es la hormona del sueño, ya que es responsable de hacernos sentir somnolientos y ayudarnos a dormir.
Su consumo se ha vuelto muy popular en los últimos años, y no es difícil entender por qué. Según algunos estudios, se estima que en España. alrededor del 40% de las mujeres de 45 años en adelante experimentan algún grado de insomnio. El estrés, la exposición a la luz artificial (el cerebro es muy sutil en su comprensión, para él, luz es luz y la luz se ve durante el día), viajar a través de diferentes zonas horarias y trabajar en turnos nocturnos son factores que pueden afectar negativamente la producción de melatonina. Además, la mujer a partir de la menopausia ve disminuir la producción de esta hormona de manera progresiva con la edad. Te dejo un cuadro extraído de … donde puedes verlo claro (con luz natural o artificial).
Producción de Melatonina durante 24 horas por Recharge.Energy CC BY-SA 4.0
Entonces, ¿tomar melatonina va ayudarnos a dormir mejor? No todas las personas experimentan sus efectos positivos en el sueño. De hecho, yo la he probado con ese objetivo con poco éxito. Según he leído, la dosis correcta, el momento de la toma y otros factores pueden afectar su eficacia. Quizás insista porque fue hace tiempo cuando la probé. Y oye, dejarse mecer por Morfeo siempre resulta, no solo tentador, sino un buenísimo tratamiento de belleza natural. Y un gustazo, la verdad.
La melatonina y nuestro sistema inmunológico
Vale, quizás lo del sueño ya lo sabíamos. Vamos más allá. Nuestra Samanita hablaba de su inmunidad ante la invasión de “miasmas” (lo siento, me encanta esta palabra) que estamos sufriendo. ¿Qué tiene que ver la melatonina con nuestro sistema inmunológico? Pues resulta que la melatonina también tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, lo que significa que puede ayudar a reducir la inflamación en nuestro cuerpo y proteger nuestras células del daño oxidativo. Esto es importante para nuestro sistema inmunológico, ya que una inflamación crónica y el daño oxidativo pueden debilitar su respuesta ante “ataques miasmáticos”
Además, algunos estudios han demostrado que la melatonina puede estimular la producción de células inmunitarias, como los linfocitos y los macrófagos, que nos ayudan a combatir infecciones y enfermedades.
En resumen, nuestra Samanita tiene razón.
La melatonina y el colesterol
Pero no nos quedemos solo aquí. Si seguimos investigando, `parece ser que este suplemento alimenticio tiene poderes. Dicen que la melatonina puede reducir los niveles de colesterol en sangre. Algunos estudios sugieren que la melatonina puede tener un efecto beneficioso sobre el perfil lipídico, incluyendo una reducción del colesterol total y del colesterol LDL (el "malo").
Un estudio publicado en la revista Journal of Pineal Research en 2016 evaluó los efectos de la melatonina sobre el colesterol en un grupo de pacientes con diabetes tipo 2. Los resultados mostraron que la suplementación con melatonina durante 12 semanas resultó en una reducción significativa del colesterol total y del colesterol LDL, (eso, el "malo").
Otro estudio publicado en la revista Nutrients en 2019 examinó los efectos de la melatonina sobre el perfil lipídico en un grupo de personas con sobrepeso y obesidad. Los resultados mostraron que la suplementación con melatonina durante 8 semanas resultó en una reducción significativa del colesterol total, del colesterol LDL (esta vez ya no lo digo, que ya te lo sabes) y de los triglicéridos, así como un aumento del colesterol HDL (éste es el "bueno", ya sólo nos faltaría el “feo·).
Otros beneficios que aporta la melatonina en la salud de la mujer
Un pasito más allá. En agosto de 2021, se publicó un estudio en la revista "Nutrients" que evaluó el efecto de la melatonina en la salud ósea en mujeres posmenopáusicas (sí, es otra de las cositas con la que tenemos que lidiar cuando pasamos al otro lado…) Los resultados indicaron que la suplementación con melatonina durante un año mejoró la densidad mineral ósea en la cadera y la columna vertebral.
La melatonina ha sido estudiada (y lo sigue siendo porque está muy de moda) por su posible papel en la prevención del cáncer, la enfermedad de Alzheimer, la depresión, la ansiedad y otras afecciones. Estaremos al tanto. Y seguiremos contando.
Yo, viendo los efectos sobre la Samanita de la que os hablaba, y leyendo todas las ventajas que dicen que aporta, me voy a meter un chutazo. A ver…
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