La maravillosa Señora… TÚ
¿Has visto la serie de televisión La maravillosa Señora Maisel? La tienes en Amazon. Ha ganado varios Globos de Oro. Y entretiene en momentos bajos. Me ha llamado la atención, además de la tremenda vitalidad de la protagonista (actriz y personaje), un gesto que repite en numerosas ocasiones: los brazos en alto.
En clase de yoga trabajamos nuestra postura. Buscamos generar la consciencia y fuerza suficiente como para mantenerla erguida. De los pies a la cabeza. Y la cabeza es importante. Dejarla caída hacia abajo empujará tu ánimo en la misma dirección. El cerebro interpreta gestos. Por eso, si sonríes, aunque sea sin ganas, entiende que estás contenta. Y reacciona en consecuencia. ¿Cómo? Lanzando hormonas de la felicidad al torrente sanguíneo. Zas. Si no estabas contenta, te vas a poner poco a poco.
Con la postura pasa lo mismo. Según es tu posición, será tu estado. De esto trata un vídeo maravilloso (sí, como la Señora Maisel), de Amy Cuddy. Amy es psicóloga social, oradora extraordinaria y profesora de la Universidad de Harvard. Y ese vídeo es una de las charlas Ted más vistas de todos los tiempos. Wow. En él se explica cómo las posturas corporales expansivas, que hacen que los brazos se abran y tu cuerpo ocupe espacio, modifican los niveles hormonales del cuerpo y en consecuencia nuestros sentimientos y nuestro comportamiento.
Esta conclusión se extrajo del experimento científico que Amy llevó a cabo con diferentes participantes. Lo cuenta todo más detalladamente en su libro El poder de la presencia, del que te dejo copia. No es cualquier cosa. El libro fue, en 2016, el número 3 de los más vendidos del New York Times y se tradujo a 32 idiomas.
La hipótesis o pregunta de la que parte la investigación es “Ya que expandimos el cuerpo espontáneamente cuando nos sentimos poderosos, ¿nos sentimos también poderosos de manera natural cuando expandimos el cuerpo?"
Y la respuesta es “Sí”. Este tipo de posturas, las posturas poderosas como les llama Amy Cuddy, son útiles para momentos cruciales: antes de una entrevista de trabajo; de una exposición en público, de una reunión importante, de un enfrentamiento deportivo, de un debate o discusión…
Y además, son instintivas. Eso demostraron Tracy y David Matsumoto. Hicieron un estudio en el que analizaban fotos de atletas de yudo. Todos, independientemente de país de origen (es decir, de su cultura aprehendida), se comportaban igual cuando ganaban: levantaban los brazos al cielo y echaban la cabeza hacia atrás. Lo más curioso, es que personas ciegas, de manera instintiva, reproducen el mismo patrón. Sorprendente.
Resumamos. La postura sale tras la emoción. La emoción surge tras la postura. Está claro que la mente influye en el cuerpo. Y este estudio volvió a corroborar, como tantos otros (ya sabes, sonríe) que el cuerpo influye en la mente.
RECETA: Dos minutos de las siguientes posturas poderosas van a cambiar tu estado. Van a llevarte a una sensación de poder. Eso va a subir tu testosterona (la hormona de la asertividad) y bajar de manera sustancial tu cortisol (la hormona del estrés).
Te toca probarlo en propia sangre. Adopta la postura, pon el cronómetro en marcha y… a triunfar.
Tus artículos son maravillosos Este último lo he probado y de verdad que te hace sentir triunfador …… a pesar de lo que está sucediendo Muy bien Ana Sigue cuidando a tus samanitas