Hay una cosa inherente a vivir que parece que hemos olvidado. Es algo natural. Se llama envejecer. Se llama tener que ponerse gafas para poder leer letras pequeñas o ver monedas demasiado parecidas entre sí. Y también se llama que tu metabolismo se ralentice. Que dejes de producir colágeno. Que tu cara cambie de forma. Y tu cuerpo también.
Si has pasado como yo los 50, probablemente puedas observar sobre ti (si la presbicia quiere) una verdad innegable llamada, otrora celulitis, ahora flaccidez.
Para poder analizar el problema desde varias perspectivas, quizás sea interesante tener presentes otras verdades:
El proceso de envejecimiento no se puede parar. Bueno, sí. Con la muerte.
Intentar pasar por algo que no somos, por tener una edad que no tenemos no es sano ni sostenible.
Basar nuestra autoestima en una batalla perdida no es inteligente.
Nadie que valga la pena nos querrá más o mejor por nuestro físico.
No he querido más a mi madre, padre, hijo, hermana, amiga, porque estuvieran más guapos, más jóvenes, más flacos o más tersos.
Estamos estupendas.
… ¿Entonces?
Juega a caballo ganador
Está muy bien cuidarse, trabajar una imagen externa que nos haga sentir bien. Y también está muy bien ser consciente de que la imagen externa se genera a partir de la imagen interna. Recuerdo que tuve una amiga que siempre se veía estupenda. Consiguió que, sin lugar a duda, todas la viésemos estupenda. ¿Los hechos objetivos? Ni los recuerdo. No creo que existieran.
¿Qué te dices? ¿Eres consciente de cuál es tu mensaje interior? Si no te gusta (para saber si es apropiado somételo a la prueba de si serías capaz de decirle eso a tu mejor amiga con la intención de que siga siendo tu mejor amiga), te toca cambiarlo (por cualquier cosa que le dijeras a ella para animarle). Detectar cuál es nuestro mensaje interior respecto de tu imagen y aplicarle las correcciones que necesite, nos ayudará a cuidarnos, a motivarnos y a encontrarnos bien.
Trátate mejor. Te verás mejor. Te verán mejor. Al final, ¿no era eso lo que queríamos? Ah. Y serás más feliz. ¿O la vida no iba de eso?
Y Disfruta De La Vida Pero YA