No es una errata. No voy a darte ni una sola recomendación para que duermas mejor. Pero sí, voy a hablarte de insomnio. ¿También tú lo padeces?
Entre los españoles hay un 35% que sufre trastornos de sueño ocasional. Y somos entre un 10% y un 15% las que lo padecemos de forma crónica, es decir, reiterada. En mi caso es la menopausia la que ha cambiado mi rutina de sueño. También inciden componentes genéticos. Recuerdo a mi madre levantada a cualquier hora de la noche. Pero os voy a decir una cosa. Me da igual. Yo al día siguiente me encuentro estupendamente bien.
En el Centro a veces surge el tema del insomnio en las entrevistas iniciales, en los procesos de coaching o en conversaciones. Y me llama poderosamente la atención la forma de asumirlo que se suele tener. Ninguna.
Me comentáis que os despertáis y empezáis a mirar el reloj. Sois plenamente conscientes de a qué hora os despertáis… y de cada uno de los minutos que permanecéis despiertas. Es aquí donde quería llegar.
Parte del agotamiento que sentís al día siguiente de pasar una noche de insomnio, es debido al cansancio por estrés. Por el estrés al que os sometéis esperando. ¿A qué? A un sueño que sentís que os está dando plantón. ¿Te imaginas haber quedado con alguien y estar mirando el reloj cada 5 minutos diciéndote “no viene”, “no viene”, “parece que no viene”, “sigue sin venir”, “no viene”? Atacante ¿verdad? Pues ésa es la actitud que tenéis.
Cambia. No “esperes”. Relájate. Olvídate de esa necesidad de dormir. Déjate de decir que “mañana voy a estar fatal”. Deja de machacarte con esa cancioncilla de “tengo que dormir”. Esos nervios, toda esa tensión que te vas generando, sí, que TÚ te vas generando, es también culpable de mucho del cansancio que vas a sufrir después. No te opongas. No te enfrentes. No te agobies. Haz algo que te entretenga, escucha algo que te guste. Aprovecha.
¿Sabías que no es tan importante la cantidad como la calidad? ¿Sabías que no todas las personas necesitamos dormir lo mismo? ¿Sabías que si llegas a los 90 años habrás estado 30 durmiendo? ¿Y sabes que si te pones nerviosa estás activando tu organismo de manera que le costará más conciliar el sueño de nuevo?
Si realmente te preocupa, busca ayuda. Díselo a tu médico. Ponle remedio.
Y DISFRUTA DE LA VIDA, PERO YA.