Apenas quedan tres días del año que acaba. Y comenzamos otro. Siempre lo llenamos de ideas, proyectos, propósitos, pero... ¿lo hacemos con intención sincera o es un cúmulo de cosas que luego dejaremos que se transformen en frustraciones?
En coaching trabajamos siempre muy intensamente el objetivo. Tenerlo claro, que sea concreto, que esté bien formulado, son cosas que marcarán el éxito del proceso. Y el imaginarte con tu objetivo conseguido también contribuye a alcanzarlo. ¿Jugamos?
PASO NÚMERO 1: Coge un calendario de 2017. Sirve cualquiera, en papel, el del móvil... pero es importante que se vea todo el año. Y una hoja de papel con un rotulador de tu color favorito.
PASO NÚMERO 2: Observando fijamente el año que iniciamos, escribe lo que quieres conseguir: una o dos cosas serán suficientes. Las debes formular afirmativas, es decir, que no figure el "no". Sirve "dejar de fumar" pero es incorrecto "no fumar".
PASO NÚMERO 3: Mirando el calendario, di en voz alta tu objetivo con la siguiente formula: "Yo ... (tu nombre), en el transcurso de este año 2017 voy a ... (aquí irá tu objetivo)"
PASO NÚMERO 4: Cierra los ojos. Y comienza a imaginarte con tu objetivo alcanzado. ¿Qué ves? ¿Cómo te ves? ¿Cómo te sientes? ¿Qué te dicen? ¿Qué te dices? ¿Qué cosas nuevas haces que antes no hacías? Cuanto más definida sea esta visualización, cuanto más real consigas hacerla, mejor. Dedícale tiempo.
PASO NÚMERO 5: Nos toca seguir escribiendo. Debajo de tu objetivo, escribe no más de cuatro cosas muy concretas que vas a hacer para conseguirlo. Y guarda tu hoja en un sitio accesible, donde puedas revisarla e incluso retocarla si lo precisas.
PASO NÚMERO 6: No te olvides de, tras las uvas, brindar por ti. Y por tu nuevo año. Y por tu nuevo proyecto. A por ello. La magia está hecha.